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LAS COOPERATIVAS EN KENIA: UNA ALTERNATIVA A LOS BANCOS Y LAS CAJAS DE AHORRO.

Hay unas 7.000 cooperativas activas en Kenia con más de 14 millones de afiliados.  Para que vean la importancia de estas cifras, hablamos de un país de 55 millones de habitantes. Son una alternativa al sistema bancario tradicional y  mueven tanto dinero que representan aproximadamente el 30% del PIB de Kenia. Están reguladas por un organismo público que se llama SASRA.

Jordi Rovira. Kisumu (Kenia).

Estas cooperativas o SACCO, que es como se llaman en Kenia, sirven a sus afiliados como herramienta para ahorrar y para conseguir préstamos de manera relativamente fácil. Los keniatas necesitan estos préstamos para emprender pequeños negocios y autoemplearse pues sólo un 10% de los trabajadores de Kenia trabajan para alguna empresa y por lo tanto tienen contrato. El resto se dedican a la economía informal y dependen de su ingenio e iniciativa para emprender pequeños negocios y conseguir que funcionen. No sólo se piden créditos para emprender negocios. Se calcula que 9 de cada 10 casas que se construyen en Kenia usan dinero prestado de estas cooperativas.

La palabra Sacco es la abreviatura de SAVING AND CREDIT COOPERATIVE SOCIETY. Los hay más potentes que otros. El Stima Sacco, que inicialmente agrupaba a los trabajadores de la compañía pública de electricidad Kenya Power, pero que actualmente está abierto a inversores externos y se ha convertido en uno de los más potentes del país, ofrece a sus inversores dividendos que se reparten anualmente y créditos que se devuelven en cómodos plazos a un 12% de interés aproximadamente. El crédito máximo que se otorga a cualquiera de los afiliados no puede superar en tres veces su capital invertido. Con un tope de unos 20.000 euros al cambio.

Martha es profesora de Swahili y de francés en la escuela Braeburn de Kisumu, dónde aprenden los hijos de los padres más ricos de la ciudad. Su salario le da para alquilar un piso para ella sola y ayudar a su familia. Desde luego ha salido a su madre, una profesora de secundaria ya retirada, que con el sudor de su frente consiguió que Martha y sus dos hermanos estudiaran en la universidad.

Además de su sueldo como profesora, se saca un extra dando clases de Swahili a extranjeros interesados en conocer el idioma. Es una mujer con iniciativa y sabe moverse para conseguir dinero. Forma parte de la cooperativa de su escuela, a la que ingresa parte de sus ahorros y a la que, a cambio, pide préstamos para invertir en negocios. Su última aventura empresarial ha consistido en alquilar dos hectáreas de tierra cultivable por tres años. Allí empleará a jornaleros para plantar caña de azúcar que luego venderá a alguna de las refinerías de la zona, que compran el género a los terratenientes locales. Con esta operación, Martha espera triplicar el capital invertido.

Moses, que conduce la moto-taxi que lleva al autor de este artículo a una de las tres cafeterías que hay en Kisumu, explica cómo compró la flamante motocicleta Honda que conduce. “La reina de los piki pikis”, dice, que es como se denominan aquí este tipo de vehículos. Invirtió sus ahorros en un Sacco, pidió un crédito, y cada día deposita 300 ksh – 3 euros al cambio – en la cuenta de la cooperativa para devolverlo. Se muestra orgulloso de la operación y afirma que en muy poco tiempo habrá pagado por completo el crédito de 1.200 euros que pidió, gracias al cuál, se convirtió en un trabajador autónomo.

Nota sobre el autor del artículo:

Jordi Rovira es periodista y guía en África desde hace más de 15 años. Diseña y guía viajes para Dinka Travel. Puedes contactar por email a jordi@dinkatravel.com o a través de jordi@sobreafrica.com

Jordi Rovira

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