Los ismaelitas, una comunidad supranacional formada por unos 15 millones de fieles diseminados por todo el mundo, han celebrado esta semana su año nuevo. Una buena ocasión para hablar de este grupo que, además, mantiene lazos fuertes con África.
Jordi Rovira. Kisumu. Kenia
Esta rama minoritaria del Islam, de raíces chiitas, tiene como líder religioso y espiritual al Aga Khan, un título dinástico en manos de Shah Karim al-Hussayni, un multimillonario nacido en Ginebra, de pasaporte británico y afincado en Portugal que heredó el título de su abuelo.
Al- Hussayni es el propietario de la Aga Khan Fund of Economic Devolopment, una multinacional que está fuertemente implantada en África, dónde hay escuelas, universidades, hospitales y centros culturales que llevan su nombre. Son centros generalmente privados dirigidos a la élite africana y a la comunidad hindú y musulmana.
La multinacional tiene lazos en el sector turístico, bancario y de medios de comunicación. Del grupo empresarial son los hoteles de la cadena Serena, el Diamond Trust Bank, o el grupo de comunicación Nation, muy potentes en el Este de África.
También llevan su firma grandes obras e infraestructuras como por ejemplo la Presa de Bujagali en las fuentes del Nilo, en Uganda. Según la página web del grupo, es la presa más grande del África Subsahariana financiada por una entidad privada e incrementa el 50% la capacidad de producción de energía del país. Sin embargo, el Gobierno Ugandés exporta la energía generada por la presa a Kenia, el país vecino, mientras en Bujagali sufren continuos cortes de luz.

La estirpe de Aga Khan, con una fortuna entorno a los 1.000 millones de euros, ha despertado siempre el interés de la prensa internacional más por su glamour que por sus negocios. El abuelo del actual Aga Kha, el Sultán Mahommed Shah, celebraba cada año una ceremonia en la que sus fieles le obsequiaban con su peso en oro. El líder espiritual, ensalzado por su comunidad como descendiente directo de Mahoma, los iba recibiendo sentado en una balanza y la ceremonia no se detenía hasta que ésta conseguía elevarlo del suelo. También eran célebres sus romances e incluso llegó a casarse con la actriz Rita Hayworth.
El nieto, y actual Aga Khan, no se queda corto y famosas eran sus fiestas en su finca de Porto Cervo, en el norte de Cerdeña, que durante los años 80 y 90 se convirtió en el rincón más glamuroso del Mediterráneo. Un puerto de parada obligada para el Bribón, el barco de regatas del Rey Juan Carlos, con el que mantiene una excelente relación. De hecho, su hija, la Infanta Cristina, trabaja en el departamento cultural de la Fundación Aga Khan, con sede en Suiza, desde hace ya algunos años.

Nota sobre el autor del artículo:
Jordi Rovira es periodista y guía en África desde hace más de 15 años. Diseña y guía viajes para Dinka Travel. Puedes contactar por email a jordi@dinkatravel.com o a través de jordi@sobreafrica.com