Aunque Reino Unido y los Estados Unidos siguen siendo el principal destino de los migrantes laborales Keniatas, en los últimos años los países del Golfo Pérsico han puesto el ojo en África para nutrirse de mano de obra barata para poder afrontar sus grandes proyectos, como el Mundial de Fútbol que se celebrará en Qtar en 2022. La diáspora manda dinero de vuelta a casa y es una importante fuente de ingresos para la economía Keniata, aproximadamente un 5% del PIB nacional.
Jordi Rovira (Diani Beach, Kenia).
Karen ha intentado ya varias aventuras empresariales pero no consigue despegar. La última fue comprar un fardo de ropa de segunda mano y venderlo por piezas de forma informal en la calle. Su hija pequeña Brigitte vive con ella en su pequeña casa de 10 m2 en Diani Beach, una localidad turística cerca de Mombasa, a orillas del Índico, en Kenia. Su hija mayor, Jane, está estudiando en la universidad en Nairobi gracias a un programa de becas del Gobierno, que cubre los gastos de formación pero no las dietas ni el alojamiento.
Jane y Brigitte son hijas de padres diferentes. De los padres no sabe nada. O eso parece, si no es que lo dice para que su interlocutor se apiade de ella y le preste dinero. No sería extraño que dijera la verdad, pues en África hay un alto porcentaje de madres solteras. Ante el embarazo muchos hombres desaparecen y no se responsabilizan. Ellas ni siquiera intentan perseguirlos pues la laxitud de la justicia ante estos casos y las tradiciones familiares las desmotivan a la hora de buscar que el hombre pase, como mínimo, una pequeña pensión. Aguantan y callan.
Apenas le llega para comer, pagar la casa y los gastos de sus hijas. Confía mucho en que Jane la ayude en la economía familiar cuando acabe la universidad. Pero hasta que esto no pase tiene que arremangarse. Pero no es fácil tirar adelante un negocio, sobre todo cuando los posibles compradores, sus vecinos del barrio, no tienen tampoco mucho. Ahora ha decidido cambiar su estrategia.
Hace dos días acudió al vecindario una mujer en representación de una importante agencia reclutadora de personal para los países del Golfo Pérsico. La representante, que tampoco va muy boyante ni ha estado nunca en ninguno de los países que representa, se lleva una comisión por cada trabajadora que consiga. Ahí hacen falta limpiadoras, trabajadoras del hogar, guardas de seguridad, obreros de la construcción, y personal de servicios varios.
A Karen le ofrecen un contrato de 2 años de limpiadora. Y un sueldo de unos 500 euros mensuales al cambio. Con eso tendrá que sufragar todos sus gastos de alojamiento y comida, pero es lo que gana un profesor de la escuela pública en Kenia. Le centellean los ojos pues para una persona sin formación ni perspectivas profesionales es una oportunidad. En África no hay trabajo a menos que te lo fabriques tú misma. Para sobrevivir hay que emprender un negocio y que te salga bien.
No es que a la reclutadora le salgan candidatas por todas partes. Hay necesidad pero también miedo. Son muchísimas las historias de la diáspora Keniata en el Golfo que relatan infinidad de abusos laborales. Reclutadoras que te piden grandes sumas de dinero para garantizarte el empleo. Jornadas de 12 horas siete días a la semana sin cobrar pagas extras. Salarios que se pagan a 90 días. Infraviviendas abarrotadas de gente para los trabajadores. Además de la necesidad de obtener el permiso de tu actual empleador para poder cambiar de trabajo.
A Karen no le queda otra. Aunque sabe que no podrá llevarse a Brigitte con ella y que se perderá una parte muy significativa de su infancia, decide mandar la solicitud de empleo a la reclutadora. En pocas semanas estará subida a un avión rumbo a lo desconocido. Siente una mezcla de sentimientos: esperanza de una vida mejor para sus hijas y un miedo atroz. Nunca ha salido antes de Diani Beach.

Nota sobre el autor
Jordi Rovira es periodista y guía en África des de hace más de 15 años. Diseña y guía viajes para Dinka Travel, una agencia de viajes joven pero con mucha experiencia. Si te interesa saber más, visita la web de Dinka Travel o contacta por email a jordi@dinkatravel.com o a través de jordi@sobreafrica.com