“Shikamoo mzee” (te doy mis respetos, viejo) le dice el niño al anciano.
“Marahaba” (tengo tus respetos) le contesta el anciano.
Así empieza, hoy en día, una conversación cualquiera entre un niño y un anciano en Tanzania, dónde el Swahili es la lengua vehicular.
Si uno quiere de verdad conocer una cultura y sus valores, es importante aprender el idioma con el que las personas piensan y se comunican. Sólo así se pueden captar ciertos matices que escapan a la observación diaria. En este caso el respeto casi reverencial hacia los ancianos por parte de los más jóvenes. En África, la experiencia, el haber vivido más, se valora mucho.
El Swahili es un idioma originario de Zanzibar. Este archipiélago delante de la costa de Tanzania, en el Océano Índico, fue primero un enclave militar portugués y luego pasó a ser un Sultanato Omaní que los árabes impulsaron hasta convertirlo en uno de los centros comerciales más importantes del mundo. En Zanzíbar se comerciaba con esclavos llegados de todo el Este de África y también con especies. Con los años pasó a ser un protectorado británico, hasta el año de su independencia y posterior anexión a Tanzania.

El Swahili nace por la necesidad de comunicarse entre gente con orígenes diversos. De los portugueses conserva palabras como “chupa” (botella). De los ingleses muchos de los avances tecnológicos relacionados con los automóviles que antes de su presencia no existían en la isla, por ejemplo palabras como “breki” (brakes, frenos), “gia” (gear, cambio de marchas), “betri” (batery, batería). De los árabes muchísimos verbos, entre ellos, “fundisha” (enseñar), “jifunza” (aprender), “fikiri” (pensar). También los días de la semana. Por ejemplo “Ijumaa” (viernes), que para los hablantes de Swahili es el último día de la semana. De los dialectos bantús de los esclavos conserva la practicidad aplastante de los africanos. Los meses del año siguen una lógica total: Mwezi wa Kwanza (primer mes, para referirse a enero) y así hasta Mwesi wa kumi na mbili (doceavo mes, diciembre). Los verbos, cortos y directos. Kuja (venir), Kula (comer), kufa (morir).
El Swahili es un idioma que comparten tanzanos, keniatas, algunos malauís, mozambicanos del norte, algunos ugandeses, ruandeses y burundeses e incluso algunos congoleses. Si existe un idioma panafricano éste sería el Swahili. Motivo de orgullo y signo de africanidad. Contrapunto a la fuerte herencia colonial.

Aunque tiene tiempos verbales (presente, pasado, pasado inmediato y futuro) no es un idioma difícil de aprender. La fonética es muy parecida a la española, se lee como de pronuncia. Cuando un “mzungu” (blanco) lo habla, los africanos se ponen contentos. Es signo de la humildad del visitante, que ha tenido la generosidad de intentar comunicarse con ellos en su lengua propia. Enseguida aparecen sonrisas, le lanzan a uno puyas bienintencionadas, que son siempre signo de confianza entre interlocutores, y automáticamente disminuye el precio de venta de los productos que se le ofrecen.
Nota sobre el autor
Jordi Rovira es periodista y guía en África des de hace más de 15 años. Diseña y guía viajes para Dinka Travel, una agencia de viajes joven pero con mucha experiencia. Si te interesa saber más, visita la web de Dinka Travel o contacta por email a jordi@dinkatravel.com o a través de jordi@sobreafrica.com