East Leigh es uno de los barrios más interesantes de Nairobi. Conocido como “La pequeña Somalia”, tiene más de 200.000 habitantes de origen somalí, muchos de ellos refugiados que en su día escaparon de este Estado fallido del Cuerno de África, que lleva más de 25 años en guerra.
Juja Road, la arteria principal del barrio, está llena de centros comerciales de varios pisos de altura llenos de pequeñas tiendas que rebosan de mercancías llegadas de todos los lugares del mundo. También hay varios restaurantes con vistas a esta calle maravillosa, dónde se sirven platos típicos de la gastronomía somalí. Se estima que la actividad comercial del barrio genera más de 25 millones de euros anuales. Mucho de este dinero no se queda en Kenia, sino que se envía a la patria madre a través de los hawala, casas de envío de dinero al margen del sistema bancario tradicional.

La bandera somalí aparece por muchos rincones del barrio. Estampada con una estrella de 5 puntas de color blanco sobre el fondo azul celeste . Cada una de las puntas de la estrella representan los territorios que integran la “Gran Somalia”, que quedó dividida como consecuencia del reparto colonial de África: Somalia (Italiana), Somaliland (Inglesa), Ogaden (que forma parte de Etiopia), Djibuti (francesa), Garissa (Kenia).

Atentados terroristas cometidos en suelo keniata perpetrados por la organización de origen somalí Al- Shabaab, estigmatiza en cierta manera al barrio. Los ataques al West Gate Mall en 2013, o a la Universidad de Garissa dos años más tarde, marcaron la imagen que los keniatas tienen del colectivo somalí. En el barrio la policía parece tener carta blanca para actuar, y no son pocos los arrestos arbitrarios. Los keniatas, siempre beligerantes con las injusticias y los abusos cometidos por el gobierno, parecen mirar hacia otro lado cuando estos abusos policiales se cometen en East Leigh. A pesar de esto, acuden en masa al barrio para comprar barato.
Los somalíes son grandes comerciantes que se autodefinen como “buenos musulmanes”. En las tiendas de East Leigh se puede regatear y negociar, pero los precios son, ya de inicio, bastante justos. “No nos gusta hinchar los precios, seria dinero sucio, ganado deshonestamente, y esto nuestra religión no lo permite”, dice Mohammed, que tiene una tienda dónde se venden artículos Adidas de imitación pero de buena calidad. Las chaquetas de chándal de esta conocida marca deportiva se venden a menos de 10 euros.